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San Diego, Ca.-  Un estudio a gran escala llevado a cabo entre 47 especies de monos y lémures encontró que el cambio climático y la deforestación están empujando a estos animales, que viven en los árboles al suelo donde corren un mayor riesgo debido a la falta de alimentos y refugio preferidos, y pueden experimentar más interacción negativa con humanos y animales domésticos. 

El estudio, que se realizó el pasado 10 de octubre en la revista The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), fue dirigido por Timothy Eppley, Ph.D., asociado postdoctoral en  San Diego Zoo Wildlife Alliance (SDZWA), y examinó más de 150.000 horas de datos de observación de 15 especies de lémures y 32 especies de monos en 68 sitios de las Américas y Madagascar. Este estudio fue una sobresaliente colaboración mundial en el que se incluyeron 118 coautores de 124 instituciones únicas.

“Este estudio comenzó con una discusión entre colegas sobre cómo habíamos notado que ciertas poblaciones de primates arbóreos pasaban más tiempo en el suelo”, comentó el Dr. Eppley, “Sin embargo, en sitios con relativamente menos perturbaciones, era posible que los miembros de la misma especie nunca descendieran al suelo”.

Los autores estimaron la influencia de los impulsores ecológicos, incluyendo las posibles presiones inducidas por el hombre y/o los rasgos específicos de la especie, en el nivel de «terrestrialidad» (tiempo que pasan en el suelo) en los primates arbóreos. El estudio encontró que los primates que consumen menos fruta y viven en grandes grupos sociales tienen más probabilidades de descender al suelo. Los autores sugieren que estos rasgos actúan como una posible «preadaptación» a la terrestrrialidad.

Muchas de estas especies ya tienen la carga de vivir en ambientes más cálidos, fragmentados y muy perturbados que a menudo tienen menos recursos dietéticos disponibles. A medida que empeora el cambio climático y disminuyen los hábitats arbóreos, el estudio sugiere que los primates que poseen una dieta más general y viven en grupos más grandes pueden adaptarse más fácilmente a un estilo de vida terrestre.

“Es posible que pasar más tiempo en el suelo pueda amortiguar de los efectos de la degradación forestal y el cambio climático a algunos primates; sin embargo, para las especies menos adaptables, serán necesarias estrategias de conservación rápidas y efectivas para asegurar su supervivencia”, agregó Eppley.

«Este hallazgo puede sugerir que la presencia humana, que a menudo es una amenaza para los primates, puede interferir con la adaptabilidad natural de la especie al cambio global”, Luca Santini, Ph.D., de la Universidad Sapienza de Roma, uno de los dos autores principales del estudio.

“Aunque las condiciones ecológicas y los rasgos de las especies similares pueden haber influido en los cambios evolutivos previos a la vida terrestre de los primates arbóreos, incluidos los homínidos, está claro que el ritmo actual de deforestación y el cambio climático ponen en peligro a la mayoría de las especies de primates”, compartió Giuseppe Donati, Ph. D., de la Universidad de Oxford Brookes, uno de los autores principales del estudio.

“Este es un esfuerzo extraordinario para convocar a 118 autores y revisar datos de esta magnitud. También es un tremendo ejemplo de los conocimientos que se pueden obtener y los avances que se pueden lograr cuando se examina la conservación a escala global”, dijo Lamberski, Directora de Conservación y Salud de la Vida Silvestre de la SDZWA.

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