“La dama de negro”, después de 28 años de vigencia en los escenarios, continúa causando el mismo efecto de misterio y terror, así lo percibió el público tijuanense que gusta de historias aterradoras y saltar de sus asientos.
La enigmática y sobrecogedora obra llegó a la región fronteriza con la función número 7 mil 496 el pasado viernes 6 de mayo en El Foro, después de no presentarse por dos años en Baja California por el tema de la pandemia.
“El fenómeno que logra esta obra es que provoca adicción, y cuando la vuelves a ver descubres cosas que no habías visto antes; algunas personas me dicen: ¿es que la cambiaron?, el único cambio es que ya no hacemos intermedio por el tema de la pandemia, para que la gente no salga del teatro”, comentó Rafael Perrín a Así es la Nota.
“La dama de negro” es una mezcla de terror y misterio, a la que sumó una cierta dosis de humor que en apariencia relaja la tensión a la concurrencia, mientras tanto aparecía la presencia de una figura misteriosa y fantasmagórica. “La dama de negro” logró sacar a los espectadores, varios gritos de sustos.
La alucinante obra ha permanecido en cartelera a lo largo de 28 años consecutivos en la Ciudad de México, lo que certifica el alto impacto que ha tenido en el público. “Además de haberse presentado en toda la República Mexicana, ha viajado a Colombia durante cinco años, donde comparto el escenario con el actor Robinson Díaz, con llenos totales. En Estados Unidos estuvimos en McAllen y Chicago”, dijo Perrín.
En su larga permanencia, la obra ha vivido temporadas memorables con actores de la talla de don Germán Robles, Rafael Sánchez Navarro, Alejandro Tomasi y Otto Sirgo, al igual que Humberto Dupeyrón, Miguel Pizarro, Rodrigo Vidal y Odiseo Bichir, quienes también le han dado vida en el escenario.
Escrita por la novelista británica, Susan Hill, y adaptada por Stephen Malatrat, “La dama de negro” se desarrolla entre atmósferas oscuras y aterradoras que reflejan el alma del protagonista, atormentado por dolorosos recuerdos de una experiencia espeluznante vivida en su infancia y trata de librarse de ellos representándolos en un viejo teatro.
Rafael Perrín comparte escenario junto a Ernesto D’Alessio, quien lleva nueve años encarnando a Arthur Kipps, un joven que busca exorcizar los recuerdos que le atormentan, representándolos en el escenario para lo cual se relaciona con “John Morris” (Perrín), un escéptico director de escena para que lo oriente a interpretar adecuadamente su texto.
“Justo estaba haciendo musicales cuando me encuentro con Rafa y me invita a mi primera escena de terror; leer el libreto, 20 páginas, y me las aprendí en una semana. Es un personaje hecho a mi medida, y sí ayuda mi personalidad. Cada función es una maestría para mí, me canso física y emocionalmente, pero es un regalo en mi vida”, aseguró D’Alessio.
“Nosotros no enseñamos nada, la gente se lo imagina”, añadió el director teatral. “El cerebro de la gente es la que se conecta con la obra entre los sonidos, gritos y sombras, esa es la magia de ‘La dama de negro’”, explicó Rafael, quien anticipó que regresa a la ciudad con “Esquizofrenia”, un monólogo con el que lleva cinco años en los escenarios.
¿Fue real la figura de la dama de negro que aparece fugazmente o se trató de una sombra siniestra de tu imaginación?